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El coste de las prestaciones de salud de las empresas crece un 2,1 por ciento

Viernes, 11.03.2011
SEGÚN DATOS DIFUNDIDOS POR LA CONSULTORA MERCER CORRESPONDIENTES A 2010 Redacción. Madrid Un informe difundido por la consultora Mercer descubre que, en 2010, el coste derivado de los seguros médicos privados contratados por las empresas españolas, y de otros servicios relacionados con la salud suministrados a los empleados (cobertura de enfermedades graves, programas de asistencia al empleado, beneficios dentales y ópticos, revisiones, cuotas de gimnasios y programas de bienestar, etc.), ha subido un 2,1 por ciento, ligeramente inferior a la media europea, que se sitúa en el 3,3 por ciento, lo que supone un aumento bastante más alto que los incrementos salariales o la inflación en la mayoría de las economías nacionales. En comparación, los costes de los beneficios de salud en Estados Unidos han aumentado un 6,9 por ciento. Estos datos han sido obtenidos del Estudio Paneuropeo de Salud y Beneficios 2010, en el que han participado 556 empresas de 14 países europeos. Los beneficios de salud incluyen seguros médicos privados y una amplia gama de otros beneficios relacionados con la salud, tales como cobertura de enfermedades graves, programas de asistencia al empleado, beneficios dentales y ópticos, chequeos de salud, cuotas de gimnasios y programas de bienestar. Pese a que Mercer ha contado con la participación de organizaciones de 14 países en Europa, sólo están disponibles datos desglosados de diez. Los cuatro países restantes (Austria, Rusia, Bélgica y Suiza) están considerados en el estudio general pero no han aportado las suficientes respuestas para generar informes individuales. El aumento de los costes médicos vendría motivado por los avances en investigación y tecnología, que han posibilitado métodos de diagnóstico y procedimientos médicos más efectivos pero también más caros. Además, el envejecimiento de la población y la incertidumbre financiera ha provocado que los gobiernos recorten los niveles de cobertura sanitaria como respuesta al excesivo gasto público. “Los gobiernos están trasladando el gasto médico a las empresas y a los ciudadanos en forma de menores deducciones de impuestos, reducción del alcance de los servicios públicos de salud, privatizaciones, aumento de los sistemas de copago y mayores restricciones de elegibilidad. Desde otro punto de vista, las empresas cada vez están más presionadas por los empleados y sindicatos para mejorar los beneficios de salud”, ha declarado Marisol Sanz, directora del área de salud de la consultora Mercer. El informe, por otra parte, revela que el 93 por ciento de los países con un sistema de salud gubernamental ofrecen seguros médicos privados, incluyendo Irlanda, Reino Unido, Portugal, España e Italia. En contraste, la cobertura médica privada sólo es ofrecida por el 74 por ciento de los países que tienen otros modelos de seguridad social, tales como Austria, República Checa, Francia, Alemania, Polonia, Suiza y Holanda. Algunos de esos países tienen sistemas nacionales de salud muy eficientes, con lo que no ven valor añadido a ofrecer planes médicos privados. Coste de los beneficios Las empresas que operan en países con sistemas de salud públicos han experimentado mayores aumentos (un 3,7 por ciento de media) de los costes de los beneficios de salud por empleado, en comparación con los países con otros sistemas de Seguridad Social (un 2,9 por ciento de media). Los participantes de Reino Unido e Irlanda han sufrido las mayores subidas (4,9 por ciento), seguidos de Portugal (4,1 por ciento) y Holanda (3,7 por ciento). Alemania y la República Checa han tenido las menores subidas, con un 1,7 por ciento y un 1,8 por ciento respectivamente. “Alemania y la República Checa tienen sistemas públicos muy generosos, de manera que las empresas ofrecen beneficios centrados más en el bienestar o la prevención que en el tratamiento de enfermedades. Hay menos exposición al riesgo y volatilidad del coste y de esta forma el aumento de los costes es menor. Esto es justo lo contrario de lo que pasa en España, Portugal o Reino Unido”, explicó Sanz. A pesar del encarecimiento de los gastos, la mayoría de las empresas se resiste a restringir la elegibilidad o el alcance de las coberturas o a trasladar más costes al empleado. Para contener los costes, generalmente se centran en otro tipo de medidas ajenas al empleado, tales como la negociación con las aseguradoras y mejoras en la gestión y seguimiento de los planes. Separando por países, los datos muestran las diferentes causas que hay tras el aumento de los costes a lo largo de Europa. En España, Irlanda, Polonia y Reino Unido, la principal causa es la inflación médica, es decir, el coste de los tratamientos y las medicinas. En Portugal y la República Checa, la causa principal es el aumento de la utilización de los servicios médicos. Los cambios legislativos han tenido un gran impacto en Francia y Holanda, mientras que la causa del aumento en Alemania sería una mayor complejidad y gasto de los procedimientos médicos. Resulta interesante que en esta época de contención de costes, la mayoría de los participantes (72 por ciento) no exige una contribución del empleado para sufragar los gastos del seguro privado de salud, aunque esto puede variar por países. El 80 por ciento de las empresas francesas requieren una contribución del empleado, en comparación con el 8 por ciento de Reino Unido. Solicitar una contribución para sufragar el seguro médico de los familiares del empleado es mucho más común, por ejemplo en Reino Unido, lo exigen el 47 por ciento de las empresas. Compartir el gasto puede parecer una forma lógica de afrontar el aumento de los costes. El hecho de que no se haga con más asiduidad responde no solamente a unas prácticas muy establecidas en el mercado, sino también a estrategias de compensación de las compañías, a negociaciones colectivas y al deseo de ser competitivo en el sector. En algunos países, las bonificaciones fiscales relacionadas con los gastos en salud pueden afectar a la decisión de la empresa en relación con el nivel de contribución. Para aquellos que exigen a los empleados sufragar parte del plan médico, la contribución media es del 46 por ciento de la prima en el caso de los empleados y del 68 por ciento en el caso de los familiares dependientes de los empleados. Objetivos de los programas La razón por la cual las organizaciones se muestran reticentes a trasladar el coste del beneficio a los empleados es clara: la atracción y retención del talento es el motivo más importante, con un 37 por ciento que afirma que es una razón muy importante y un 36% que lo considera una razón importante. La habilidad de una organización para diferenciarse en el mercado, ofreciendo a sus empleados y familiares buenos beneficios, es crucial en una época en la que la flexibilidad salarial está muy restringida. Las compañías también saben que un capital humano sano es un capital humano productivo y recortar sus beneficios podría afectar a la productividad a largo plazo. Redunda en el propio interés de la empresa ofrecer a los empleados una buena cobertura médica. La gestión del riesgo para salud del empleado fue considerado un objetivo importante o muy importante para cerca de dos tercios de los participantes (63 por ciento). Más de la mitad (53 por ciento) consideraron las mejoras en la productividad como un factor importante o muy importante. No resulta sorprendente que en países con un sólido sistema de salud como Alemania y Holanda consideran más importantes factores como la mejora de la productividad por encima de la retención del talento, ya que los beneficios de salud ofrecidos por la empresa en estos países no son percibidos como vitales. Sin embargo, si son una poderosa herramienta de atracción y retención del talento en países donde el sistema público de salud tiene algunas carencias como España, Irlanda y Reino Unido. El 66 por ciento de los participantes opinaron que las futuras reformas de la Seguridad Social aumentará la presión sobre las empresas para que ofrezcan seguros médicos privados. “En casi todos los países, las compañías perciben las ventajas de invertir en planes de beneficios. Esto es especialmente evidente cuando el sistema nacional de salud presenta algunas deficiencias como largas listas de espera, mala accesibilidad a los servicios, falta de profesionales médicos y percepción de baja calidad de los servicios. La inversión en planes médicos es beneficiosa fiscalmente tanto para los empleados como para la compañía y ayuda a atraer y retener talento. El reto es conseguir un retorno de la inversión a través de una mejor productividad, al mismo tiempo que se mantienen los costes bajo control”, concluyó Sanz.