Innovar y establecer sinergias público-privadas, claves para la sostenibilidad del sistema sanitario
- Los factores socio-económicos a los que se ve sometido nuestro sistema sanitario implican un mayor número y, por lo tanto, sobrecarga de los servicios asistenciales, lo que evidencia la necesidad de invertir en innovación para mejorar los indicadores de resultados de salud (eficiencia, calidad y seguridad, resolución asistencial y acceso fundamentalmente) y el bienestar de nuestra sociedad en su conjunto.
- La industria farmacéutica, biotecnológica y la de equipamiento sanitario y sociosanitario se sitúan entre los sectores que más invierten en innovación. Sin embargo, esto implica un elevado impacto económico para el sistema.
- Es fundamental que las administraciones tengan en cuenta la realidad de un sistema de titularidad privada que apuesta por la innovación en su más amplio sentido y por la renovación tecnológica, además de contar con grandes profesionales y equipos de gran prestigio todo ello con el objetivo de ofrecer los mejores estándares de salud a los pacientes.
Madrid, 1 de febrero de 2019.-La salud se enfrenta en la actualidad a retos complicados, que van desde el ámbito sociodemográfico -con el envejecimiento de la población y la cronicidad- al económico, que pone en vilo la sostenibilidad del sistema, pasando por el impacto que está teniendo la irrupción de los grandes avances que ofrece la tecnología y el acceso a la innovación en general. “La salud es uno de los sectores de actividad más innovadores y, sin embargo, el acceso a la innovación y la financiación de la misma constituyen un reto, de hecho, la insuficiencia financiera frente a las necesidades de gasto en el sistema público de salud son evidentes y han quedado de manifiesto. Innovar supone un reto a la vez que genera grandes oportunidades, un binomio que debe ser visto como una herramienta imprescindible de desarrollo y de mejora de la competitividad. Es importante que la introducción de la innovación sea considerada como una inversión y no como un gasto, ya que las organizaciones deben estar preparadas para ofrecer soluciones “eficientes, efectivas y sostenibles”, teniendo en cuenta que la mejora de la salud y el bienestar de los pacientes debe ser el punto de partida y el objetivo final de todo”. Así lo ha manifestado Manuel Vilches, director general del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Fundación IDIS), durante su participación en la jornada “El acceso a la innovación en salud, ¿es un problema para la sostenibilidad?”, que se ha celebrado en la IE Business School.
La innovación es un pilar sobre el que se mantiene el crecimiento económico de nuestro país, y cuanto más ágil es, mejor rendimiento se consigue en el campo de la salud. A pesar de ello, todavía son muchos los informes que contemplan la innovación disruptiva (nuevos medicamentos) y renovadora (equipamientos de alta tecnología) como un gasto y no como una inversión, lo que supone un error a lo largo del tiempo una vez que acarrea la toma de decisiones que van a suponer una desventaja competitiva debido a la pérdida de oportunidades y a la obsolescencia tecnológica fundamentalmente. Según el director general de la Fundación IDIS, “solo con una estrategia conjunta donde se tengan en cuenta todos los recursos disponibles -independientemente de su titularidad- en materia de inversiones en tecnología, biotecnología y farmacia y con unos procesos de compra innovadores y optimizados podremos solventar el problema del constante incremento de presión a las arcas públicas de nuestro país. Además, hablamos de primar el medio y largo plazo sobre el corto, aun teniendo en cuenta que este también es importante. Hablamos de eficiencia y efectividad de nuevo; hacer lo correcto en cada momento con una visión holística temporal es clave”.
La renovación de equipamientos de alta tecnología supone también un elevado impacto económico para el sistema sanitario. Actualmente, el Sistema Nacional de Salud (SNS) invierte poco en términos relativos y uno de los efectos de la caída de esta inversión en los hospitales públicos es la obsolescencia de los equipos motivada por la falta de flexibilidad y rigidez del sistema, con un fuerte componente de jerarquización. En esta línea, tal y como señala el informe de la consultora Antares, es necesario dotar a estos hospitales públicos de instrumentos de gestión más flexibles que les permitan hacer frente a las rigideces estructurales que impiden captar el valor generado por la innovación; entre ellas se encuentran las rigideces organizativas, en el marco de gestión de las relaciones laborales (Estatuto Marco), rigideces derivadas de la profesión sanitaria (especialización), asociadas a la gestión económica y el horizonte temporal (presupuesto anual) y las que hacen referencia al modelo de compra de la innovación.
Por otro lado, en España existe un diferencial entre gastos dedicados a sanidad entre unas comunidades autónomas y otras, lo cual incide en problemas de equidad a la hora de poder disponer de los sistemas de diagnóstico y de tratamiento más sofisticados y vanguardistas, así como de los tratamientos farmacológicos, biológicos y biotecnológicos más innovadores en condiciones de igualdad.
¿Y la innovación en la sanidad privada?
El sector sanitario privado se esfuerza por avanzar cada día en la aplicación de nuevas tecnologías de la comunicación y la información (TIC), así como en servicios asociados que permiten gestionar adecuadamente su implantación, desarrollo, mantenimiento y renovación progresiva. De hecho, el sector de titularidad privada está en posesión del 56% de los equipos de resonancias magnéticas, el 48% de PET y el 36% de los TAC, lo que permite desarrollar una elevada actividad diagnóstica, ya que realiza el 38,7% de las RM, el 21% de los PET y el 16% de los TAC, porcentajes en los que no se incluyen las pruebas diagnósticas que realiza para el SNS.
Asimismo, se puede señalar que este sector realiza una importante inversión en I+D+i y ha experimentado un importante desarrollo, tanto en el número de centros participantes en ensayos clínicos como en el número de ellos, tal como atestigua el último análisis de esta actividad (Proyecto BEST de la Plataforma Tecnológica Española de Medicamentos Innovadores incluidos en la base de datos “BDMetrics”).
Por otro lado, la sanidad privada sigue apostando por avances tecnológicos significativos como la protonterapia en oncología, la inteligencia artificial para la toma de decisiones, los sistemas híbridos de diagnóstico, la tecnología 4D, la cirugía robótica, la cirugía mínimamente invasiva, la radiocirugía, la neurocirugía estereotáxica o los sistemas de radioterapia calibrada de última de generación, entre otras, “lo que demuestra que el sector privado ha seguido innovando a pesar de la situación de crisis sistémica que hemos vivido, de la complejidad del sector, de la inseguridad jurídica generada en ocasiones y de los escenarios cambiantes en lo relativo a la cooperación público-privada”, concluye Manuel Vilches.